El sábado pasado tuve el honor de asistir a una de las bodas más esperadas. Se casaba una de mis amigas de toda la vida después de un largo noviazgo (como el mio, pero yo al paso que llevo me moriré sin haber pasado por el altar).
Después de dar muchas, muchísimas vueltas por las tiendas decidí optar por un vestido asequible y gastarme algo más de dinero en un abrigo decente que en verdad si que me hacía falta. Los zapatos y demás complementos ya los tenía de otros eventos y fueron los que dieron el toque original.
Os cuento todo esto (que quede claro que es solo una opinión personal) por si tenéis que asistir a algún evento importante u os estáis planteando casaros en invierno. Me parece que es lo más deslucido del mundo. No sabes si es correcto ponerte un abrigo y que tipo de abrigo, chal, o poncho peruano, sandalias, botas o zapatillas de estar por casa, los colores son apagados y los días muy tristes, además de pasar un frío increíble.
Quizás mi opinión esta algo o muy condicionada a que a mi no me gusta el frío y odio el invierno. Soy más de verano, calor, luz, sol, colores llamativos y ropita fresquita.
¡¡Con lo cual, amigos, ya sabéis en que época del año me voy a casar!!
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